El renacer

Hace unos días pareciera que me han cambiado un chip, pues fue como si me hubiese quedado sin información alguna en mi mente, y sólo comenzara a recordar las cosas que me hacen feliz.

Sí, sólo recordando lo que quiero recordar en el momento presente. Es cierto, a veces se quieren colar emociones o resentimientos que me ponen mal, pero trato de verlas como si fueran un sueño, me despabilo, y otra vez, ¡mente en blanco!.

Esto es extraño, aún no he logrado ligar lo espiritual con lo físico y/o material. Pero lo que es real, es que me he bajado de la montaña rusa, y me he subido al tren.

En lugar de tener altas y bajas, tengo un camino llano y parejo, pero no creas que es aburrido, sino todo lo contrario; aquí se puede tener paz, tu panorama va cambiando constantemente, no tienes tiempo para interpretarlo, sólo para sentirlo y vivirlo.

No te preocupas por lo que hay adelante, ni por lo que dejas atrás, sólo vas avanzando, vas evolucionando. En lugar de sólo dar círculos en esa montaña rusa, que en un momento te pone feliz, otras triste, otras te pone los pelos de punta, y sí, tal vez crees que es mejor vivir así y lo respeto.

Yo no intento convencerte de nada, sólo te comparto que cuando te quitas esa memoria cargada de información, interpretaciones, emociones, juicios, presiones, metas (sí, también las metas, ya te compartiré mi experiencia), comienzas a experimentar un estado indescriptible de no necesito más, estoy feliz.

Y sí, porque a veces nos envolvemos, nos metemos por nuestro propio pie en una red, en donde tenemos la creencia que si logramos salir de ella victoriosos, ¡por fin! Seremos felices. Cuando la realidad es que deberíamos sentirnos felices antes de entrar en ella, y que sí decides tomar esa experiencia, es porque quieres aprender algo.

Hoy, quiero tomar la experiencia de escribir, de redactar en cada línea lo que voy experimentando con este nuevo renacer, sí, porque tenemos la oportunidad de volver a empezar cuantas veces queramos, y parar cuantas veces lo necesite nuestro ser, sólo por el mero hecho de querer sentirnos felices...